Por el poder de Su Palabra no quedamos en vergüenza, ¡sino que somos vindicados!

 

¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, cuando atendiese a todos tus mandamientos. (Sal 119:5-6)

(LUNES 31)

Todo aquel que ama a Dios debe sentir una necesitad natural de honrar a Dios con su vida. Un corazón que está consciente de que ha sido perdonado por la gracia de Dios siente el deseo de amar a Dios y este deseo se manifiesta en guardar los caminos señalados por Dios en Su Palabra.

Si bien el Espíritu Santo nos guía a honrar a Dios, existe una realidad latente en todo aquel que ha nacido de nuevo, y es que el pecado aún mora en él. Por ello el salmista dice con anhelo ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Aquí el salmo nos presenta un deseo interno del corazón del creyente, pero a la vez se manifiesta la incapacidad del individuo de honrar a Dios bajo los términos de Dios, por lo tanto necesitamos la ayuda de Dios para obedecerle a Él. ¿Sientes el deseo de honrar a Dios bajo los términos de Dios? De ser así, esto es una evidencia de que Dios te está guiando hacia Él, ya que de manera natural no hay quien busque a Dios (Romanos 3:11).

REFLEXIONA

Lee nuevamente el Salmo 119:5 y analiza tu propia vida. ¿Es tu deseo guardar los mandados de Dios pero en ocasiones te es difícil cumplir estos mandados?

(MARTES 1)

Ante la realidad de nuestro pecado, el cual empaña la vida del cristiano y ante el deseo interno de honorar a Dios, ¿qué debería hacer el creyente?, ¿Qué recursos están disponibles para un individuo que ama a Dios pero que se encuentra con la incapacidad de cumplir correctamente con los mandamientos de Dios?

La oración es el medio que debe emplear todo cristiano para elevar su súplica ante el Señor, pidiendo a Dios que Él ordene nuestros pasos. La oración que nos presenta el salmo 119:5 es una súplica que proviene del corazón de una persona que al conocer su realidad de que es pecadora, y a la vez incapaz de honrar a Dios bajo sus propias fuerzas, a la vez guiada por el Espíritu Santo presenta un deseo honesto de querer guardar los mandamientos de Dios. Por ello el salmista dice ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Como bien señaló Charles HaddonSpurgeon en su obra El Tesoro de David El anhelo expresado en este versículo viene impulsado por el deseo de la bienaventuranza fruto de la santidad…y por el temor reverente a los mandados y preceptos de Dios

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Sientes una batalla constante en su vida de honrar a Dios con tu vida, pero al mismo tiempo estás batallando contra el pecado en algún área de tu vida? Dobla tus rodillas ante Dios y pídele con todo tu corazón que Él te ayude a honrarle y que elimine ese pecado de tu vida.

(MIÉRCOLES 2)

El Salmo 119:5 presenta la incapacidad de seres caídos de agradar a Dios por medio de sus propias fuerzas, y es que como consecuencia del pecado que mora en cada uno de nosotros somos débiles e incapaces de andar en los caminos de Dios, a la vez que es imposible guardar los estatutos del Señor. Solo bajo la guía del Espíritu Santo, aquellos que hemos nacido de nuevo suspiramos en deleitarnos en los caminos del Señor, alejados del pecado que corrompe los corazones.

Por todo ello el cristiano debe levantar su corazón al Señor, y en forma de súplica anhela ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Nuestra oración constante debería de ser el pedir a Dios que El nos instruya en sus caminos y nos permita tener el gozo de deleitarnos en guardar sus mandados. Cuán feliz es el hombre que se goza en el Señor, cual bienaventurado es aquel que en Jehová está su deleite. Cuán dichoso es aquel que se deleita en la ley de Jehová, y en ella medita de día y de noche. 

REFLEXIONA

Lee y medita sobre el Salmo 1. Evalúa cuán placentero es para el creyente disfrutar de la ley de Dios y meditar en ella constantemente.  

(JUEVES 3)

Solo aquellos que, por un acto de pura gracia, Dios les permite conocerle a Él, aquellos cuyas transgresiones han sido perdonadas por la fe en Jesús, no son avergonzados. Solo un alma que haexperimentado el verdadero perdón, que ha pasado de muerte a vida, con júbilo pueden decir como dice el Salmista en el Salmo 119:6 Entonces no sería yo avergonzado,

Bajo la nueva naturaleza una persona es capacitada por Dios para deleitarse en la ley de Dios, considerando así los mandamientos del Señor y atendiendo todos tus mandamientos, es decir estudiando los mandados de Dios, comprendiéndolos, deleitándose en cumplir la perfecta ley de Dios.

Como hijos de Dios debemos esforzarnos por comprender todos los mandamientos de Dios y debemos pedir al Señor que nos conceda la gracia de deleitarnos en su ley, por lo tanto no debemos elegir algunos mandamientos a nuestro antojo y desechar otros, sino que como hijos obedientes debemos obedecer todos los mandamientos del Señor.

REFLEXIONA

Lee Exodo 20:1-17 y medida en la ley de Jehová contenida con mandados. ¿Es de provecho para el hombre guardar los mandados de Dios?, ¿Por qué es de provecho para el cristiano obedecer estos mandamientos?

(VIERNES 4)

Durante toda esta semana hemos considerado que la realidad del ser humano es que todos somos pecadores!  Desde la caída de nuestros primeros padres, Adán y Eva, el pecado está en todas las personas y nos priva del deleite de disfrutar de una íntima comunión con Dios. Solo aquellos que han aceptado a Jesús como su Señor y Salvador, solo aquellos que han confesado que Jesús es el Señor y han creído en su corazón que Dios les levantó de los muertos, solo aquellos que han nacido de nuevo pueden sentir el gozo espiritual de deleitarse en los caminos de Dios. La oración del Salmista en el Salmo 119:5-6 presenta un deseo natural de todo creyente ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Este deseo, expresado como oración debería ser el clamor de todo individuo cuyas transgresiones han sido perdonadas, y solo así Entonces no sería yo avergonzado, cuando atendiese a todos tus mandamientos. (Sal 119:5-6) Los estatutos de Dios no serían cumplido como una obligación, sino que el creyente se debe deleitar en la ley de Dios y meditar en ella día y noche. Esta debería ser la expresión más sublime de esperanza para todos aquellos que han recibido a Jesús como amo y Señor.

REFLEXIONA

Leer Salmo 119:97 y medita en este pequeño pasaje. ¿Frecuentemente meditas en la ley de Dios?, ¿Puedes decir que amas la ley del Señor?